Que la belleza que transmitáis a las generaciones del mañana provoque asombro en ellas.
Carta a los artistas, Juan Pablo II.

Haced cosas bellas pero, sobre todo, convertid vuestras vidas en lugares de belleza.
Encuentro con el mundo de la cultura, Lisboa, 12-5-2010, Benedicto XVI.

lunes, 6 de febrero de 2012

Revelación


Hace cerca de 8 años, cuando regresé del Camino de Santiago y todos vieron que volví cambiada –era porque, soy yo la primera sorprendida, me había encontrado con Cristo- hubo quienes me dijeron: si te hubieses ido con budistas, hubieses vuelto budista; si te hubieses ido con musulmanes, hubieses vuelto musulmana, etc. Lo cierto es que me fui con un grupo de cristianos católicos corrientes y volví siendo lo que, aunque no lo vivía, ya era: cristiana.

Por entonces yo respondía que no, que no hubiese vuelto siendo o budista, o musulmana, o lo que quiera que fuese si se hubiese dado el caso. No tenía más argumentos, pero tenía la fuerza arrasadora de un encuentro que me había desmontado todos mis esquemas, todos mis prejuicios… Algo había entrado en mi vida por sorpresa y, poco a poco, iba tomándola para sí.

Hoy, ya no pocos años después, puedo decir algo más de porqué soy cristiana. Muchas son las vivencias, las experiencias, con las que el cristianismo me ha ido cautivando, pero hoy quiero detenerme en un Acontecimiento que hace del cristianismo una religión, con respeto a todas las religiones, diferente, verdadera. Este Acontecimiento no es otro que la Encarnación, la venida de Dios al mundo en la persona de Jesucristo. En el Evangelio de Juan podemos leer “tanto amó dios al mundo que entregó a su Hijo único, para que todo el que crea en Él no perezca, sino que tenga vida eterna”. Creo que no hay mayor expresión del amor de Dios que la entrega de Cristo.

No era necesario que Jesús viniese para rescatarnos, no era necesario que se hiciese hombre, que viviese como hombre, que padeciese como hombre, que llorase como hombre. Dios, obrando como Dios, podría haber hecho cualquier otra cosa: bastaría que lo hubiese pensado para que nosotros tuviésemos vida eterna. Pero no lo hizo: se encarnó, se hizo hombre y vino a este mundo que, hoy como ayer, no está falto de sufrimiento. ¿Por qué? Si me dijesen “Dios te ama”, yo, persona de este mundo, ¿cómo podría saberlo si Él no me lo hubiese mostrado? Pero me lo ha mostrado. Si hoy me dicen “Dios te ama, en medio de todas las circunstancias, Dios te ama”, puedo verlo, porque ese Dios tiene un rostro, porque no quiso librarse de “mis” circunstancias, porque las tomó y las toma consigo, porque es un Dios que ríe y que llora, porque es un Dios que vive. El Acontecimiento del cristianismo –o parte de él, junto con la Resurrección- es que a Dios no le han bastado las palabras para Revelarse, sino que ha querido que la Palabra se haga carne para que se cumpla lo que reza una oración del sacerdote en la Eucaristía: “que el agua unida al vino sea signo de nuestra participación en la vida divina de quien ha querido compartir nuestra condición humana”.

Y más aún: se hace hombre para proponer, no para imponer. Qué belleza. Al hacerse uno de nosotros respeta en todo momento nuestra libertad, obrando como un verdadero Padre.

Dios se ha hecho hombre para mostrar al hombre qué es el hombre. ¿Tanto valemos, Señor, para que hagas esto por nosotros? Sólo puedo decir GRACIAS.

5 comentarios:

  1. Se puede decir más alto, pero no más claro. GRACIAS Lydia, por describir con palabras algo tan grande, y que aun así corremos el riesgo de olvidar... GRACIAS Señor, por hacer tanto por mí y por recordarmelo hoy a través de Lydia.

    ResponderEliminar
  2. De nada Paula :). Es verdad, no es difícil olvidar que este Acontecimiento ha marcado nuestras vidas. Lo escribo también para recordármelo. Bs

    ResponderEliminar
  3. Esta vez te has pasado Lydia,has escrito un artículo precioso y que todos deberían de leer,has dado en el clavo,has ido a lo importante. Enhorabuena y gracias por este artículo genial! Y como diría alguno: de categoría!
    Ah,soy Ximo!

    ResponderEliminar
  4. Gracias Ximo! Vaya, has piropeado demasiado este artículo, ¿no? Me alegro de que te haya gustado tanto: de categoria! Ciao!

    ResponderEliminar
  5. Muy buenas las dos entradas!! Nos vemos!!

    ResponderEliminar