Que la belleza que transmitáis a las generaciones del mañana provoque asombro en ellas.
Carta a los artistas, Juan Pablo II.

Haced cosas bellas pero, sobre todo, convertid vuestras vidas en lugares de belleza.
Encuentro con el mundo de la cultura, Lisboa, 12-5-2010, Benedicto XVI.

domingo, 26 de mayo de 2013

Extractos de una homilía (fiesta de la Santísima Trinidad)



Hoy celebramos el día de la Santísima Trinidad. No obstante, no es mi “objetivo” explicar el Misterio de la Santísima Trinidad, ni tengo ni un ápice de capacidad ni tan solo para intentarlo...
Esta mañana, por primera vez, he acudido a Misa de 12.30 en la Parroquia de San Miguel y San Sebastián (Valencia, España), en la que nunca había estado. Es muy habitual en mí “empaparme” de la Misa, me refiero simplemente a participar con atención y a escuchar todo lo que se dice en la Celebración, incluyendo, por supuesto, las lecturas, el Evangelio y la homilía. Pero vamos, también me es muy habitual “empanarme” (sólo cambia una letra, ;-) ), es decir, “no enterarme de la Misa, la mitad”… Pero lo que ya es casi casi “el pan de cada día” es que al minuto de salir por la puerta, “gracias” a mi memoria, mi mente (espero que no mi corazón) se ha olvidado prácticamente de todo… Limitaciones de una.
Hoy, sin embargo, recuerdo tres cosas de la homilía, las más “sencillas” quizá, pero que para mí han sido ocasión de encuentro con el Señor, de sonrisas, de Gracia (natural y sobrenatural), de alegría, de conmoción… y esas “pequeñas” cosas son las que os quería contar. Bueno, confieso que, conociendo a mi memoria, al terminar la Celebración he sacado mi libretita y he apuntado una palabrita para recordar cada una!! Breves “anécdotas” que pueden o no “hablaros”, pero ahí quedan por si os sirven.
Ah, una cosita, esto creo que no lo he hecho nunca en el blog (creo), voy a escribirlas como si estuviese hablando el sacerdote, ¿ok? Obviamente no es textual, ¡como para acordarme! El sacerdote era un hombre bastante mayor, no sé, más de 70 añitos diría yo (por situaros). Ya me callo y os dejo con estas tres cositas:

La Santísima Trinidad

“Recuerdo cuando estaba en el Seminario. Faltarían unos 2 años para que la Iglesia nos aceptase como sus sacerdotes. Teníamos un profesor que era una lumbrera, una auténtica lumbrera. Tocaba que nos explicara el Misterio de la Santísima Trinidad y así lo hizo, fantástico. Al acabar la clase, el compañero que tenía sentado a mi lado me dijo: ‘Por favor, ¿me puedes explicar con palabras sencillas lo que ha dicho el profesor?’ Y yo se lo expliqué… Entonces él me dijo: ‘Gracias, ahora sí que lo he entendido todo’. Y yo me quedé preocupado y pensando: ‘Dios mío, ¡qué barbaridades habré dicho para que este chico me diga que lo ha entendido todo sobre el Misterio de la Santísima Trinidad!’

La señora Asunción y su flor

“Recuerdo a una mujer mayor que se llamaba Asunción, que ahora debe de estar escuchándome desde el Cielo. Yo entonces llevaba varios pueblos por la zona de Utiel y siempre llegaba tarde a todas partes, no la señora, sino yo. Cuando llegaba a la parroquia, hiciera el tiempo que hiciera, ella siempre estaba esperando en la puerta con una flor en la mano. Yo abría la parroquia y ella se iba hacia el Sagrario y dejaba la flor en un recipiente que ya tenía preparado junto a él.
La señora Asunción acostumbraba a quedarse siempre un ratito después de la Misa en la zona del Sagrario. Un día, al pasar por allí, vi como movía los labios diciendo algunas palabras y me acerqué: “Asunción, ¿me puedes decir qué Le dices al Señor en el Sagrario cuando te quedas después de Misa?” y ella me respondió “Mire padre, no estoy hablando con el Señor, sino con la flor. Le estoy diciendo que tiene mucha suerte porque ella se puede pasar el día entero al lado del Señor y yo no puedo. Y le pido que Le acompañe y que Le recuerde al Señor que yo Se la he dejado.”

Una Luz en la Noche

“Todos conocemos el barrio del Carmen, no nos queda lejos. Sabemos que por las noches es un lugar de fiesta, donde los jóvenes salen a divertirse, a pasarlo bien, de pub en pub. Ayer, en la parroquia de San Nicolás, que está en pleno barrio del Carmen, se celebró el evento “Una Luz en la Noche”. La parroquia estuvo abierta durante toda la noche, con el Santísimo expuesto, y unos jóvenes en la puerta invitaban a entrar a los que pasaban por allí, les ofrecían una vela para encenderla y les decían que simplemente pasaran allí un ratito, lo que quisieran, si querían. Fue realmente impresionante. Podría decir que en la parroquia de San Nicolás había más jóvenes que en cualquier pub de todo el barrio del Carmen. Jóvenes de todo tipo, esos jóvenes de los que a veces decimos que están faltos de todo, que no les importa nada, sólo ellos mismos, etc. Les decíamos: ‘no pienses es que yo soy así, es que estoy lleno de pecados, etc.’. Sólo acércate y deja que el Señor te abrace. Estoy seguro de que cada uno de los jóvenes que entraron anoche en la parroquia salieron con un beso del Señor en su corazón”.

Ahora ya soy yo, ¿eh? (ya lo siento). Esto es lo que os quería contar, a lo mejor no os parece tan GRANDE (o sí, incluso más) de lo que me ha parecido a mí. Como siempre, tenéis por ahí abajo la zona de “comentarios” (incluidos anónimos) por si queréis dialogar, comentar, preguntar, etc. También podéis escribir a labellezadelcamino@gmail.com

Un placer tenerte ahí, seas quien seas. Un abrazo y que Dios te bendiga.

1 comentario:

  1. Al ver tu comentario me he acordado que tenía pendiente escribir en esta nueva entrada. Primero felicitarte por cómo profundizas cada vez en los temas que te propones y sobre todo, por hacerlo desde tu experiencia personal (nada fácil "entregar esa intimidad"). Y segundo, me quedo con la tercera parte de "Una luz en la noche" porque me identifico bastante y lo compruebo con la capilla de la Adoración Perpetua. Muchos pequeños milagros ocurren a diario. Tercedo, ¡un fuerte abrazo!

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